El otro lado de la cama captura la complejidad entre las amistades, el sexo y el amor. El director Emilio Martínez Lázaro mezcla con éxito la línea narrativa típica con las interpretaciones musicales para crear una comedia musical divertida sobre las dificultades de las relaciones y el amor.

La película empieza con Pedro (Guillermo Toledo), un hombre desgreñado, a quien su novia, Paula (Natalia Verbeke), acaba de abandonar para ser amigos. Él echa de menos a Paula y, por eso, el Pedro desconsolado se consuela con sus mejores amigos, especialmente con la pareja de Javier (Ernesto Alterlo) y Sonia (Páz Vega). Lo que Pedro no sabe es que al mismo tiempo que está jugando al tenis y tomando una copa con Javier, Javier y Paula están teniendo una aventura. Pedro contrata a un detective privado para averiguar el amado secreto de Paula mientras Javier lo esconde de Sonia y sigue diciendo a Paula que va a dejar a Sonia. Pero, entretanto, Sonia se interesa por el nuevo soltero Pedro y ellos tienen un ligue de una sola noche. Entonces, Javier empieza a pensar que Sonia es realmente una lesbiana con su mejor amiga…

La película es genial. Un crítico una vez comparó el humor de la obra con el de Shakespeare, pero, para mí, también incorpora la modernidad de hoy en día. Hay un detective (que acaba de descubrir el suicido de John F. Kennedy) que, ahora, está documentando todo en vídeo mientras las parejas están cambiando de las camas tan rápido que parece una coreografía nueva. A mi juicio, la integración de los números teatrales es bastante raro, pero necesario por la idiotez de la trama. La confusión de la orientación sexual mantiene el interés de la audiencia como tratamos de aprender y comprender los secretos y los números inesperados de danza. Al fin y al cabo, podemos deducir que el lema sencillo que empezó la película podría haber hecho todo más fácil: la gente no solamente tiene relaciones sexuales, sino las relaciones personales.

Posted by Kristen Dunlap a las 6:30 p. m. // // //    

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